¡Oh, vosotros, que gozáis de sano entendimiento; descubrid la doctrina que se oculta bajo el velo de tan extraños versos! ~ Dante; Inferno

martes, 12 de febrero de 2013

Quiero errar...

         Mis principios me han traicionado... 
         Mis propios pensamientos han sido vulnerados, apaleados, destrozados, asesinados...
       Hoy me he dado cuenta: tal vez estoy equivocado. Estoy equivocado en todo, en todo lo que creía, en todo lo que pensaba, en todo a lo que alguna vez me aferré como un niño a los brazos de su madre...
       Todo aquello que, a priori, parece tan obvio, no lo es para mí. ¿Por qué razón? No lo sé... Empiezo a estar hastiado de ver cómo una y otra vez me demuestran que me hallo en un error, de ver cuán fácil es refutar mis ideas y principios.
         Pero, si estoy equivocado, eso significa que no me queda nada, nada de lo que creía ser; mi "yo" se desmorona; mi razón de ser y existir se derrumba por momentos. Todo por unas palabras salidas de tu boca... Por fin me he dado cuenta, gracias a ti, de nuevo...
        ¡Oh, maldición! ¿Por qué, Dios mío? ¿Por qué me has hecho así? ¿Por qué dejas que piense tanto y tan mal? Un cobarde, eso es lo que soy; alguien que teme enfrentarse a sus problemas de frente; alguien que cree en la vida, pero huye de ella; alguien que no es capaz de reunir el suficiente valor para decirle "te amo" a la mujer que invade todos y cada uno de sus pensamientos, cuando tiene más de un "momento idóneo" para ello, por miedo al rechazo; alguien que cree, sin razón ninguna, que será rechazado, que jamás podrá ser amado de la misma manera en que él la ama; alguien capaz de creer en lo peor, pero no en lo mejor, pues no cabe pensamiento positivo alguno en su mente por más de una semana; alguien que cree en la superioridad de su moral, pero es incapaz de demostrarlo; alguien que puede cambiar de opinión a la velocidad del rayo; alguien... que no sabe qué demonios le ocurre.
       Una voz en mi cabeza; un susurro en la oscuridad de mi mente; un eco en el profundo pozo de mi alma... Que se detenga, de rodillas lo imploro... ¡Detente, por favor! ¡Déjame equivocarme! Déjame cometer errores, pues en eso consiste vivir...

No hay comentarios:

Publicar un comentario