¡Oh, vosotros, que gozáis de sano entendimiento; descubrid la doctrina que se oculta bajo el velo de tan extraños versos! ~ Dante; Inferno

martes, 5 de febrero de 2013

Hipótesis sobre el destino

    Dime, ¿crees en el destino? Yo no, pero creo en él al mismo tiempo... Me explicaré:
    Creo en el destino; creo en lo que dicen los japoneses, en ese hilo rojo que une a las personas; creo que nuestras vidas siguen un camino, trazado de antemano.
    Sin embargo, tampoco creo en la Providencia, sino que impera en mi pensamiento mi voluntad. Citando a William E. Henley: (...)yo soy el amo de mi destino; yo soy el capitán de mi alma.
    De este modo, ¿cómo es posible tal conjunción de principios, a priori antagónicos? La respuesta es sencilla. Esta es la verdadera línea de mis pensamientos:
    Creo que hay una suerte de "mundos paralelos". No me refiero a que existan, pues eso implicaría que hay varias realidades, y no creo en semejante cosa. Me refiero, en verdad, al "¿qué hubiera pasado si...?". En otras palabras, en nuestra vida, estamos obligados a tomar decisiones a cada instante, lo que ocasiona unas consecuencias que, a su vez, tienen sus propias decisiones. Se crean, de este modo, una serie de "caminos" que vamos trazando a lo largo de nuestra vida. Ese camino es fruto de nuestros actos y decisiones.
     ¿Qué es, por tanto, el destino? Considero, pues, que el destino es la pluralidad de caminos. El destino no fija nuestra vida, sino las posibilidades que tenemos y las que se crean a causa de dichas decisiones. Es decir, el destino, o la Providencia, es esa suerte de "mundos paralelos", que, pese a que crea en ellos, no existen, pues una vez fijada nuestra decisión, ese "mundo" desaparece (si en verdad existiera, significaría que hay más de millón de mundos por persona y que cada uno de nosotros tenemos un doble que vive su propia vida debido a que tomó decisiones que nosotros no hemos tomado, pero en otro mundo; los mundos paralelos, entonces, sólo existen en nuestra imaginación). Pero nosotros decidimos qué mundo o qué destino escoger. Entre decisión y decisión hay una pauta fijada, éso es el destino.
  Tomamos varios caminos a lo largo de este río, llamado vida. Según el cauce que cojamos, desembocaremos en un lugar o en otro. Nuestras vidas son los ríos que van a parar a la mar, que es el morir, decía Jorge Manrique, y cuánta razón tenía...

2 comentarios:

  1. Jo abans pensava el mateix, que al prendre una opció al mateix temps es creava un fil que unia amb l'alternativa però eren tants els fils possibles que era un mareig. Ara crec que tot és un camí que va duent-te a un destí.

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  2. Així és, el camí que anem traçant amb les nostres accions és el destí que marca les nostres vides.

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