¡Oh, vosotros, que gozáis de sano entendimiento; descubrid la doctrina que se oculta bajo el velo de tan extraños versos! ~ Dante; Inferno

jueves, 18 de octubre de 2012

Soledad

     Schopenhauer dijo una vez: "La soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes". Arthur, amigo, no estoy de acuerdo contigo.
     Si bien es cierto que la soledad puede llegar a ser un gran bálsamo para el hombre actual, puede también llegar a ser su perdición. Cuántas veces habremos vivido situaciones en las que preferíamos estar solos, que nos dejaran en paz para poder reflexionar, para poder hallar una respuesta a aquello que nos perturbaba. En esos momentos estar solo era un remanso de paz y tranquilidad. Sin embargo, también era una huida fácil, un escondite a nuestros problemas; suponía no querer enfrentarse a lo que nos aterraba, salir con el rabo entre las piernas, en vez de hablar de ello con amigos, familiares y demás o, por qué no, encarar el problema y solucionarlo.
     ¿Pero por qué en esas situaciones optamos por estar solos? Sencillo: porque nos encanta el sabor de la soledad; somos adictos a su esencia, a sus efectos, a sus consecuencias... disfrutamos cada instante que pasamos lejos de la sociedad, lejos de nuestro mundo. Sin embargo, la soledad no siempre nos deja un buen regusto.
     Hay momentos en la vida de ciertas personas en los que se ven a ellas mismas en un futuro, solas, desamparadas, sin nadie con quien pasar el resto de su vida, sin nadie a quien amar... ese tipo de soledad, creedme, no es nada placentero. Imaginar que estás destinado a estar solo, destinado a ver cómo transcurre tu vida y la de tus conocidos sabiendo que la suya ha cambiado para siempre mientras que la tuya sigue estancada en un pozo que, al parecer, no tiene fondo. Es en esos momentos, querido Arthur, en que piensas que mereces algo mejor, que la vida te ha premiado con la peor recompensa de todas: la soledad.
     Pero la razón no estriba en que el ser humano sea un animal que viva en sociedad, como nos quería hacer creer Aristóteles, pues en ocasiones tiraríamos a la sociedad por la borda si fuera posible, pues no nos deja evolucionar como espíritus libres. No, la razón de que la soledad sea tan amarga es porque el ser humano es una criatura llena de pasión, de sentimientos, un ser con alma... tales cosas como el amor, la amistad, la tristeza, la ira son cosas que tan sólo el ser humano puede experimentar.
     Hacías bien, Arthur, en pensar que al estar solos evadimos las tentaciones de la vida y que éso nos ayudaba a reflexionar, pero son esas tentaciones las que nos hacen estar vivos, las que nos hacen sentir que tenemos una razón para estar en este mundo. Sentir cómo palpita tu corazón y cómo se revoluciona todo tu cuerpo al ver a la mujer que amas; sentir la agradable melodía de las risas en una tarde con tus amigos; sentir una calidez en el pecho cuando estás reunido con tu familia y que, en ese momento, todo va bien y que nada puede estropear tu felicidad... éso, querido Arthur, éso es lo que nos hace estar vivos, éso es lo que me obliga a decir que no quiero estar solo en esta vida, que quiero pasarla junto con alguien especial, que quiero sentir que mi vida ha tenido sentido...
      No quiero sentir cómo mi alma se agrieta y empieza a llorar de tristeza, de melancolía y de soledad... sólo el tiempo dirá qué ocurrirá con mi vida, pero si pudiera elegir, Arthur, elegiría vivirla junto con mis seres queridos; elegiría no estar solo...


"El tema Forever Alone no es de mi propiedad, sino que pertenece a Gothic Storm."

No hay comentarios:

Publicar un comentario