¡Oh, vosotros, que gozáis de sano entendimiento; descubrid la doctrina que se oculta bajo el velo de tan extraños versos! ~ Dante; Inferno

jueves, 11 de octubre de 2012

Adiós...

      ¡Ya basta! Mi corazón ya no lo soporta más. He tomado una decisión...
     Al hablar contigo me ha quedado claro: tú y yo no estamos destinados a estar juntos.  Sonríes cuando hablas de él; sonríes cuando hablas con él; nuestras conversaciones, de un modo u otro, siempre derivan en él... estoy harto. Cada vez que le mencionas es una puñalada en mi corazón, un topetazo que agrieta mi alma cada vez más... 
      Por fin me he armado de valor; ya está decidido: debo olvidarte, debo amordazar a mi corazón, torturarle hasta que deje de amarte. No estoy dispuesto a sufrir más. Será una ardua tarea, es cierto, pero lo haré por mi bien, y por el tuyo... tal vez veas en mí una sonrisa cuando hablo contigo, pero en verdad mi alma está siendo apaleada por cada una de tus palabras, por cada una de tus sonrisas, por todos y cada uno de tus movimientos. 
     No negaré que, pese a semejante tortura, algo dentro de mí se alegra cuando estoy contigo, mi alma disfruta, mi corazón goza... ¿será esto a lo que llaman "amor"? Por esto mismo no me quiero separar de ti; quiero verte todos los días, hablar contigo a todas horas, hacerte reír... hacerte feliz. ¡Ah! ¡Qué desdicha la mía! Quererte tanto que tenga que separarme de ti...
      De todos modos, todo esto es mi culpa- quiero pensar-; es mi culpa por no tener las agallas suficientes como para decirte en el momento adecuado te quiero, pero ahora ya es tarde, tu corazón escogió a aquel que tuvo el valor que me faltó a mí, por esta razón no te culpo. No tuviste otra opción para escoger... sin embargo, algo en mi ser teme que si hubieras tenido dos opciones no me habrías escogido... no quiero ni pensarlo, sólo con imaginarlo se me estremece el cuerpo.
    Por tanto, he llegado a esta conclusión: te seguiré viendo; seguiré hablando contigo, como siempre; seguiré haciéndote reír... pues no quiero perderte por completo, no quiero que desaparezcas de mi vida. Pero, por otro lado, cada vez que haga éso, reprimiré a mi corazón, a mi alma y a mis sentimientos para que no puedan quedar embelesados una vez más cuando te miro, para que no sufran más por dentro...
      Te sacaré de mi corazón, aun en contra de sus designios; viviré, a partir de ahora, con los recuerdos que quedarán en mi mente como retazos...
     En la profundidad de mi alma puedo llegar a atisbar que no olvidaré del todo lo que siento por ti, que seguirán latentes algunos sentimientos... tal vez sea por eso por lo que no puedo borrarte de mi vida, tal vez sea... porque aún tengo esperanzas de que, algún día, me ames de la misma manera en la que lo hago yo...
      Hasta ese entonces, sólo queda por decir: adiós...


 "El tema Kaisho no es de mi propiedad, sino que pertenece a los creadores de la serie animada Gankutsuou: The Count of Monte-Cristo, cuya banda sonora ha compuesto Jean Jacques Burnel."

No hay comentarios:

Publicar un comentario