¡Oh, vosotros, que gozáis de sano entendimiento; descubrid la doctrina que se oculta bajo el velo de tan extraños versos! ~ Dante; Inferno

miércoles, 10 de octubre de 2012

Imaginar

     ¿Qué bonito es imaginar, eh? Sí, sin lugar a dudas. Imaginar es, probablemente, el arma más poderosa de todas; solamente con imaginar uno puede verse reconfortado en esos días en los que el tedio y el hastío invaden nuestras vidas.
     Imaginar, ese arte al cual todos tenemos acceso. Es cierto que hay personas con mucha más imaginación que otras, pero eso no impide que todos imaginemos. 
    ¡Ah! ¡Qué grande es imaginar! Pasear por la calle e imaginar cómo sucederá tu vida, sin argumento o base alguna para apoyarte sobre el futuro que te depara. Hay un sin fin de mundos aguardándonos, a la espera de que alguien los visite.
     Imaginar historias inverosímiles, imposibles, pero que, de todas formas, suceden en tu cabeza. Imaginar, por ejemplo, cuando paseas por la calle, cómo podrías mejorar la estética de tu ciudad o pueblo; una estatua por aquí, una fuente por allá...
    Imaginar hipotéticas situaciones que sabes que no sucederán o que no han sucedido así, pero que de todos modos lo haces porque te inspira esa calma que te falta en el día a día: qué le habrías contestado a esa persona cuando no te salían las palabras en ese momento; imaginar que viajas por el mundo y ves lugares maravillosos, conoces a gente fantástica...
     Imaginar cómo sería tu vida si le hubieras llegado a decir aquello que tanto ansiabas a la mujer que amas, pero que ahora es demasiado tarde para decirlo, pues su corazón le pertenece a otro...
    Imaginar que portas una espada y te diriges a salvar el mundo junto con tu caballo; imaginar que vuelas, que recorres el mundo a la velocidad del sonido, que tienes, en definitiva, superpoderes...
   Sí... imaginar es, sin duda alguna, algo maravilloso. Pero hay que saber diferenciar la realidad de ese mundo imaginario, un mundo al cual todos quisiéramos llegar, pues imaginar también puede llegar a ser peligroso. No es aconsejable vivir encerrado en esa burbuja de cristal llamada "imaginación", pues sería vivir la vida amargamente; no podemos dejarnos embaucar por los frutos de nuestra imaginación, pues viviríamos una mentira. La locura es el único final que le espera a aquellos que escogen seguir el sendero de la imaginación durante toda su vida.
    Por lo tanto, imaginemos, sí, pero en su justa medida: lo suficiente para hacernos la vida más llevadera, para explotar nuestras facultades, para hallarnos a nosotros mismos...



"El tema My Prayer no es de mi propiedad, sino que pertenece a Simon Daum".

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