¡Oh, vosotros, que gozáis de sano entendimiento; descubrid la doctrina que se oculta bajo el velo de tan extraños versos! ~ Dante; Inferno

domingo, 23 de diciembre de 2012

No estoy seguro...

"Este vídeo y su contenido no me pertenecen, sino que el tema Poem es de Yiruma".

 
      No estoy seguro... pero creo que, al fin, te he olvidado. Al fin, tras muchos esfuerzos por intentar olvidarte, lo he conseguido. Me dije que dejaría libre a mi corazón cuando me di cuenta de que era un infierno el reprimir mis sentimientos... y, por azares del destino, caprichoso como un niño, resultó que esa era la solución.
      ¿Cuándo y cómo me enteré de que me había desatado de tu yugo? No lo sé, pero creo que puedo atisbar la respuesta... creo que fue cuando hablaste de él, el otro día, mientras charlábamos los dos. A diferencia de otras veces, en las que siempre que lo mencionabas mi corazón daba un vuelco, en esa ocasión mi alma se mantuvo calma y serena; lo noté al instante. Probablemente sonreí, no sé si te diste cuenta o no... pero supe que las cadenas que me ataban a ti aflojaban su fuerza.
      Eso pensé al principio... pero, al pasar los días, me he dado cuenta de algo, me he dado cuenta de que no es totalmente cierto que te haya olvidado. No, no te he olvidado, como decía al inicio, pero sí ha acontecido un gran cambio, al menos por lo que a mi parecer respecta: mis sentimientos hacia a ti no han cambiado, pero sí han visto reducida su pasión... En otras palabras, ya no te amo, no de la misma manera, al menos. Sigo pensando en ti, eso no puedo negarlo, pero ya no lo hago con la misma frecuencia... No sé si debería decirlo, porque es una mera idea que ronda mi cabeza, pero allá va: creo que lo que me ha ocurrido es que ya no te amo de la misma manera porque reprimí a mis sentimientos, ya que no quería seguir sufriendo. Sí, eso habrá sido. Al reprimir mis emociones mi amor por ti vio frenada su pasión, hasta el punto de volverme inmune a los dardos que involuntariamente me lanzas.
      La zozobra y la incertidumbre asedian mi alma, pues no para de pensar en cómo se desarrollará todo esto. Es en estos momentos cuando me pregunto: ¿acabará esto algún día? ¿Cómo acabaré yo..?
      Así que aquí estoy... sin estar seguro completamente de qué siento en estos instantes. Te amo, pero sin amarte; te deseo a la vez que me alejo de ti; te pregunto por él al mismo tiempo que odio que me hables de él... ¡Ah! ¡Qué cantidad de contradicciones! Pero, bueno... así es la naturaleza del ser humano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario