¡Oh, vosotros, que gozáis de sano entendimiento; descubrid la doctrina que se oculta bajo el velo de tan extraños versos! ~ Dante; Inferno

martes, 27 de agosto de 2013

¿Qué clase de persona..?

El ser humano es puro sentimiento, y lo que más necesita el hombre es sentirse vivo. Para ello se sirve de sueños, de futuros que pueden no cumplirse jamás, de aspiraciones...
Es cierto. Deberíamos vivir el presente y no pensar tanto en el mañana. Pero somos humanos. Es inevitable pensar en el futuro, pues está en nuestra forma de ser. No hacemos más que plantearnos nuestro sino, no hacemos más que pensar qué nos deparará la suerte. Somos débiles. Nos corregimos a nosotros mismos diciendo cosas como "No pienses en ello, vive el presente", pero somos el único animal que cae dos (y más) veces en la misma piedra.
Así, pues, necesitamos tener sueños, aspiraciones de futuro, ambiciones... pensamientos necesarios para seguir adelante en momentos de necesidad.
Pero, ¿qué ocurre cuando no tienes ni sueños ni ambiciones? ¿Qué ocurre cuando tus aspiraciones están huecas? ¿Qué sucede cuando no tienes a nadie a quien amar, a nadie de quien preocuparse? ¿En qué clase de persona te convierte eso? ¿En qué te transformas cuando te das cuenta de que no tienes aspiraciones más allá de vivir mañana, cuando te das cuenta de que no tienes un sueño que te impulse a esforzarte al máximo para llegar a ser aquello que deseas?
¿Qué clase de persona es esa?
Tal vez un autómata...

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