¡Oh, vosotros, que gozáis de sano entendimiento; descubrid la doctrina que se oculta bajo el velo de tan extraños versos! ~ Dante; Inferno

sábado, 18 de mayo de 2013

Te acaricié

Desperté a las tantas de la madrugada. Miré a mi alrededor, por toda la habitación, escrutando la oscuridad.
Pero no tuve que buscar mucho... mi mirada se posó sobre tu cuerpo. Estabas a mi lado, durmiendo, una vez más. Ya no sé cuántas veces he hecho este "ritual", pero siempre me ocurre lo mismo: te miro mientras duermes plácidamente, y una sonrisa se escapa de mi rostro.
Alargué mi mano y te acaricié el rostro, temiendo despertarte, pero una sonrisa inconsciente fue lo que recibí por respuesta. Ese gesto me llenó de gozo. Te aparté los cabellos que cubrían tu cara, para ver tu rostro una vez más antes de acostarme. Tomé una decisión: que a partir de ese momento quería ver tu rostro antes de acostarme, nada me haría más feliz.
Me acomodé en la cama una vez más. Cerré los ojos, y pensé que te quería a mi lado para el resto de la eternidad.

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